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Mostrando entradas de mayo, 2025

El chivo

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Chivo. Fuente: iStock Nota: La mayoría de relatos que he logrado terminar son sueños o ensoñaciones. Este que comparto es el resultado de la elaboración de un sueño angustioso de hace muchos años. Chivo tiene varias acepciones negativas en Latinoamérica, relacionadas con el fraude, el embuste o la mentira. El sauce es un árbol de sanación y también de luto.  —Por aquí. La sombra de un sauce llorón cubría toda la esquina. En la base, sobre un charco lodoso, estaba el chivo.  Éramos tres. Atravesábamos potreros en un auto estrecho, sin hacer ruido. Yo no manejaba. Delante de mí veía que alguien maniobraba el volante lentamente, tensamente, como quien no quiere quedar varado. El lodo, me dije… Súbitamente nuestro auto comenzó a traquetear y el volante, bamboleándose, quedó bloqueado a la derecha. Vi por primera vez al copiloto que, asustado, se aferraba al asiento por las uñas (yo estaba en la parte trasera, inclinado hacia adelante entre los asientos).  Volví la vista. Está...

Caminando

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Fuente: freepik. Nota previa: este es un flujo de conciencia, más o menos, escrito como ejercicio narrativo hace mucho tiempo luego de una corta caminata. Estábamos los dos y ambos caminábamos como dirigiéndonos a alguna parte pero la verdad ambos sabíamos que la calle solo conducía a nuestro desconocido pueblo abandonado entre los caseríos del sur en las afueras de la ciudad que en realidad no eran más que los límites de la civilización en que se tiene aún cierto derecho a los servicios básicos que naturalmente no debían faltar a nadie pero que ambos sabíamos comenzaban a faltar críticamente a tres kilómetros de nuestra casita de ensueño que fue construida no más de seis años atrás por nuestros entusiastas padres que vinieron a plantarse en el verdadero abandono de este lugar no totalmente alejado parecido a un cinturón de asteroides separados asombrosamente por grandes potreros llenos de quicuyo y vacas de lo más desnutridas y desnaturalizadas que separan a aquellos habitantes que s...

Aviones

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Boeing pasando a lo lejos (Sounds Fx). En el fondo negro de la página hay un surco,  veteado de sonidos estridentes. En el fondo de esta luz filtrada, de este simulacro. Pero yo cargo en la mente un eco vivo. El eco de un recuerdo que se posa, solo, sobre esta cabeza aplastada. El eco grave y profundo de una ola de aire como el mar. Pasa siempre un Boeing por el cielo,  como hoy, y yo recuerdo ese sonido en el mañana. Y le tomo una nostalgia, una pena y un amor tan lindos…  Pasan los aviones como olas en el mar de aire: Para siempre, desde siempre, como nunca. Y yo los siembro en este surco oscuro, ruidoso y apagado,  A ver si ayer me crecen en las tardes...

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La naturaleza muerta con el conejo, de caza de la bolsa y pedernal y pólvora (Jean Baptiste Simeon Chardin). Si tan solo pudiera eludir tantos anuncios, si pudiera tomarlos de la oreja como a un conejo muerto y mostrarlos a otro cazador, sangrantes, listos para el fuego. Si tan solo pudiera, como Pessoa,  abstraerme con alguien  y tomarlo de la mano y llevarlo a constatar a César  Dávila y engullirlo de una sola ira. Si pudiera hundir la tinta en sus ojeras  y aliviarlo al instante para que sea el vómito su pena. Si, entre tardes, tuviera la ocasión de asfaltarme. Si, además, tuviera en los  nudillos atrapada alguna idea  para romperle a alguien los dientes... Pero esta máquina terrible y estadística  quiere apretar  mis intestinos sin descanso, quiere amasarlos y esculpir su idolatría en mi regazo. Con fuste nos golpea, ¡horror! a todos y sin tregua: párteme, cúbreme, sálvame. Y la Angustia, que es la madre adoptiva de esos todos, se levanta. Y l...

Madrugada

12-05-2025 Madrugada. Es el único tiempo en el que desde hace años la mente proyecta sus ideas, extrae posibles conclusiones. Escribí, hace años, en cualquier momento del día, con un impulso que hoy parece tan patético. La duda siempre alentó mi creatividad y a menudo una idea solía convertirse en verso, en poesía. Hoy parece innecesario, hoy precede todo el tiempo una apatía y una melancolía del silencio que me calla. ¿Para qué escribir? ¿Para qué idear? ¿Para qué volver sobre lo mismo, extraerle al tiempo sus entrañas? Quisiera solamente, si fuera posible, describir este cansancio vacío, este cansancio físico del cuerpo joven y esta mudez tan racional y proporcionada. Un cansancio del cuerpo, patente, aburrido. Un deseo infinito de parar o de dormir en el que no creo y al que ridiculizo al instante. Mi silencio se parece a otros silencios. Mi silencio es un silencio que he leído. A veces, muy pocas veces, un sueño intenso o una angustia me despiertan por la noche... y solo entonces m...

Augurio

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elOjoRojo. Augurio . Dibujo a lápiz, 2010.

Las voces imposibles

Calcina el orden y el sentido, despierta. El templo atraviesa una sien imposible. Los cantos se posan como rocío sobre este duro suelo. No cabe detenerse a escuchar las repeticiones. Si escuchas realmente todo canta, todo canta y llueve y se acumula. Alguien intentó alguna vez hablar con una voz imposible: la voz fingida, la voz ronca de la nada que se aferra con los dientes llenos de sarro y genuflexiones. Calcina el orden y el sentido, ¡habla! Solo existe una voz posible  y es la tuya, la que las pastillas ahogan, la que el relato enmohece en el cielo de palabras horribles, difuntas. Igual, no te angusties: las voces imposibles no suenan sino a plástico,  a mugido,  las voces imposibles sonríen con sorna en el olvido.

Presagio

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Ilustración de flickr, Roy Blumenthal Nota previa: Este cuento lo escribí pensando en uno de esos locos ambulantes que pasan siempre por los mismos lugares. Este solía estar afuera de la puerta principal de la Universidad Católica, fumando o sin fumar. La relación estaba en el cigarrillo, en el acto de fumarlo, en la situación y el momento en que lo fumaba. No era en sí mismo el cigarrillo, ni tampoco él mismo. Era la conjunción, el absorber y luego exhalar el humo, el tránsito de ese humo por su tráquea, pulmones, tráquea… la actitud resultante de la primera pitada. El resultado era un cuadro, un plano en el que recordaba los pómulos enrojecidos, las cejas juntas y la frente arrugada del horrible loco. Aún peor, la intermitencia de ese plano y el mero instante de su pasmo, de ese pasmo que vivía como fuera del tiempo. La cara pálida que imaginaba, la suya propia intercalada con la del espantable loco… En el acto de adquirir temblando ese horrible y cilíndrico instrumento de la muerte...

Global data centers

Nota: Alguna vez quise también escribir con imágenes. Compartiré aquí algunos de esos experimentos.

La cara achatada del enigma

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Enigma sin fin. Salvador Dalí. La cara achatada del enigma. Su mano envuelta en mis dedos se escurre lentamente. Se hinchan sus venas y mis venas. Un bulto sin palmas, una jaula de piel que atrapa el aire entre su derecha y la mía o es mi izquierda es su izquierda lo miro venir lentamente; lo miro acercarse a la puerta metálica y extenderme su otra mano, afectuoso. Me hala con cuidado para que cierre la puerta. Yo la sostengo tranquilo con mi talón derecho y miro hacia afuera hacia adentro y escucho el viento la música. ¿Qué hacer? Como si adivinara me responde; no le entiendo. Me repite su esforzado mensaje. Distingo ahora: las vocales se unifican y suenan sin énfasis. Lo demás se arrastra. Alguien viene. Estábamos hablando de... se asombra. Lo saluda y se presenta. En su esfuerzo el enigma nos avienta su nombre, su apellido, su reputación, gentilicio, su nombre y ¿qué dijo al principio?: le pregunto al bienvenido con las cejas, antes de asentir. Después enciendo un cigarrillo. Me adi...