Ideas sobre el futuro de la educación
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Flor de Dionaea muscipula. |
Esta reflexión forma parte del curso What future for education? en el que participo desde hace una semana. Responde a las preguntas ¿qué espero del curso como educador y cuáles son mis ideas sobre el futuro de la educación?
En el corto plazo, creo que comprender las bases teóricas de la pedagogía puede ayudarme a concientizar lo que realmente significa crear ambientes adecuados para el aprendizaje, mejorando así mi capacidad para aprender y acompañar el aprendizaje de otros, no solo en el contexto escolar sino también fuera de él (educación informal).
De igual manera, concebir correctamente la teoría constructivista y discutir sobre su aplicación en la realidad diaria de cada educador me permitirá consolidar mi propia posición (mindset) para mejorar en mi propia práctica docente.
En relación al futuro de la educación, tres ideas claves han llamado mi atención: la diferencia entre un carpintero y un jardinero, el significado de praxis y, aunque ya lo conocía, la importancia del término neuroplasticidad en educación.
En el primer caso, la metáfora es muy ilustrativa. Pienso que habrá que tenerla presente todo el tiempo en el futuro: nuestra práctica no consiste en dar forma y corregir imperfecciones, sino en cuidar. Cuando tenemos éxito en el cuidado, nos asombrarán los caminos que toma nuestra 'planta', ya sin nuestra intervención. La educación puede ser frustrante sincrónicamente, pero su mayor recompensa siempre será asincrónica.
En el segundo caso, entender que la idea de praxis está relacionada con una actitud de vida, tanto ética como política, será cada vez más importante para la educación en el futuro. Dejar atrás el simplismo del mérito o la competencia y el individualismo es muy importante, y quizás, en mi contexto, el mayor reto. En mi experiencia, es muy poco recomendable y, a la vez, prácticamente imposible entender los contextos educativos como 'simulaciones' de realidad. Al contrario, pienso que los jóvenes aprenden mucho más de la actitud de sus profesores que de una conferencia, por lo que tomar en cuenta esa actitud y transformarla será esencial para participar en educación en el futuro.
Por último, tomando como referencia la idea de que la educación no debería ser, en ningún caso, rígida ni autoritaria, pienso que en el futuro las escuelas promocionarán ambientes más desordenados, que propicien la exploración individual y el gusto por el aprendizaje. Nuestras aulas deberían tener un diseño mucho más amigable con los ambientes locales, respetando la concepción cultural sobre aprendizaje en diferentes contextos pero incorporando, a la vez, prácticas que permitan a quienes aprenden generar más y mejores conexiones en su cerebro, según parece recomendarlo la investigación en ciencias cognitivas.